Juan Luis Denegri
Luis Schrader

Luego del cuestionado ataque por parte del Estado Israelí a
Sobre el asunto, se ha dicho mucho, se ha acusado al gobierno Israelí de desproporcionalidad, de matanza indiscriminada, de abuso de fuerza, etc. Se ha pintado en todo el mundo a Israel como Estado agresor que decidió atacar al desarmado pueblo Palestino, atrapado en
Es importante dirigirse hacía el asunto con extrema cautela y comprensión, si cabe la palabra respecto a un conflicto tan cruento. Un buen punto de partida sería reconocer la clara diferencia de fuerzas entre las naciones beligerantes (aunque sería impreciso nombrarlo como un conflicto de naciones, más correcto sería denominarlo “conflicto de facciones”). Es obvio darse cuenta que entre el Estado de Israel y el Estado Palestino claramente existe mayor poderío bélico de parte del primero, el cual se ha manifestado visiblemente con las ofensivas hacia Gaza que se suscitaron en las últimas semanas, hablamos de un ejercito de última generación, equipado con tanques, misiles estratégicos y tropas calificadas, las cuales han recibido un cuantioso apoyo de parte de muchos de los colaboradores del moderno Estado Israelí. Esta información sería confrontada con la débil fuerza de seguridad interna (recordemos que Palestina no cuenta con ejército, sino solo con una fuerza de control interno, llámese policía), fruto de la cual han nacido una serie de grupos que buscan la reivindicación del Estado Palestino (terroristas, gracias a sus métodos) que han logrado, en base al terror generar trabas a los procesos de negociación que se han tratado de erigir a lo largo de los últimos años, los cuales han tomado el control en ciertas partes del territorio, como es el caso de la franja de Gaza, lugar del citado conflicto.
Es entonces que, luego de la muerte de Arafat, el control de la citada zona fue tomada por un grupo caracterizado por sus practicas poco licitas llamado Hamas. Uno de los grupos mas extremistas que conforman

Sin embargo, es necesario remarcar que el inicio de la confrontación nació por la ruptura de la tregua por parte de Hamas, y dentro de los cuales se pudo notar la preponderancia de los grupos armados palestinos hacia la destrucción total del Estado Israelí, lo cual sería inviable como resultado de cualquier comunicación bilateral. Es entonces que, llegamos al punto en el cual el impasse entre ambos pueblos es claro, pues Hamas quiere la desaparición del Estado Israelí (o su inmediato desalojo de la zona), mientras que Israel quiere el retiro de Palestina de gaza y el cese del terror.
Ante lo expuesto, aterrizamos en los sucesos que marcaron noticia en Gaza. Meses atrás, una tregua se había logrado con los EEUU como mediador e inclusive fue anunciada por el Presidente Bush, que consideró esta como un gran avance de paz en la zona. No obstante, el grupo que firmo el acuerdo y que encabeza el Estado Palestino, rompió repentinamente el acuerdo, no sabemos su de manera corporativa o por fuerza de algún sector radical y ataco con cohetes a Israel. Ante los ataques, Israel respondió con su ejército, como lo haría cualquier Estado. Sin embargo, los acusaron de desproporción ante lo cual me pregunto: ¿es desproporción responder con las fuerzas a tu alcance para detener a tu enemigo? Es posible demandar a un Estado disparar menos balas, usar equipo menos eficiente, ¿acaso el objetivo de un ejercito es cumplir con su misión? Muchos dicen que porque los terroristas palestinos atacaron con cohetes, los agredidos no pueden usar toda la fuerza que tengan para defender a sus ciudadanos, defendiendo una válida tesis que se rescata de la legítima defensa, es decir, que las reacciones en la misma deben darse dentro de un ambiente proporcional y con el medio adecuado (de aquí se podría sacar a relucir que un ataque masivo en una de las zonas demográficamente mas densas del mundo no sería lo más adecuado) También, se dice que se muestran resultados y dicen que han muerto miles de civiles palestinos y hay pocas victimas israelíes. Carlos Alberto Montaner, periodista, se preguntaba si esto significa que deben haber mas victimas israelíes para que el ataque sea justificado o menos victimas palestinas, resultando en una incógnita, ¿la proporción justificaría la intervención? O, como parece que es el consenso, que sin importar si existen más muertes Israelíes, el número de bajas palestinas es suficiente como para condenar los hechos.
En esa misma línea, ha sido el Estado de Israel una vez más, el que ha cuidado no solo proteger las vidas de sus ciudadanos, sino alertar a la población civil Palestina, sobre las zonas objeto de sus ataques. El objetivo era claro, destruir el armamento que durante años ha sido utilizado para torturar la vida un pueblo odiado, sin embrago, es claro evidenciar que los medio de inteligencia empleados para ello, fueron totalmente ineficaces, resultando en bajas civiles, bajas de menores de edad, voluntarios internacionales, entre muchos otros que tampoco tienen nada que ver con esta guerra. Sin embargo, es preciso afirmar que el grupo terrorista Hamas, ha expuesto a sus propios inocentes y los ha utilizado para lograr objetivos de negociación. Ya que se culpa al ejército Israelí por entrar con fuerza en defensa de la vida de sus ciudadanos, cumplimiento del deber de todo ejercito, pero no se dice nada sobre la actitud hacia la vida de los inocentes de los miembros de Hamas. Pareciese como si no importase que mueran unos miles de palestinos, con tal de lograr unas cuantas condiciones.

En conclusión, considerando los orígenes del conflicto, las trabas a un término de las confrontaciones y la presión internacional, vemos a dos pueblos atados de manos por una referencia meramente religiosa. Es el fanatismo religioso que lleva a grupos árabes a tomar armas y hostigar a civiles judíos. También son los términos religiosos los que fundamentan la constitución del Estado de Israel, que lo hace excluyente y los fuerza por naturaleza a rechazar cualquier unión con Palestina. Mientras que ambos pueblos vean el conflicto a través del filtro teológico, seguirán muriendo inocentes. Por lo pronto, Israel podría bajar el nivel de su política belicista y comenzar coordinaciones con el débil Estado Palestino para controlar la amenaza terrorista. Fue la visión unilateral, la que produjo las miles de muertes en la última intervención. El camino para la solución del problema esta pavimentado por la cooperación, el intercambio de información y la acción conjunta de las autoridades de ambas naciones, en la cruzada antiterrorista y el fin de las muertes en la zona.