martes, 25 de marzo de 2008

Fronteras Calientes


Durante los primeros días de marzo se dio en Latinoamérica la primera gran crisis diplomática en América Latina del siglo XXI. Esta se inició luego de que fuerzas colombianas traspasaron la frontera ecuatoriana en una persecución que se inició al norte del Río Putumayo en Colombia para capturar a Raúl Reyes.

Tras este incidente que se dio en la madrugada el primero de marzo y en el que murió este terrorista se han dado graves tensiones entre los involucrados; Colombia y Ecuador y el auto-invitado: Venezuela. Durante una semana se movilizaron tropas, se cerraron fronteras, se expulsaron embajadores, se amenazó con “llegar hasta las últimas consecuencias”; hasta un presidente le rindió honores al terrorista caído.

Irónicamente, el viernes 7 en la cumbre del Grupo de Río en Santo Domingo esta crisis término con un espectáculo inédito cuando los presidentes de Colombia y Ecuador intercambiando la no muy buena impresión que tiene uno de otro; Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, metiendo en la agenda su problema con Colombia por la delimitación marítima y con Hugo Chávez cantando una canción Dominicana; para luego unirse en abrazos, apretones de manos y buenas intenciones. (Si desean una cronología detallada y simple de los hechos, ingresen a: http://www.semana.com/wf_VerMultimedia.aspx?IdMlt=537&IdArt=109770)

Es importante resaltar que no se llegó a un conflicto bélico. En opinión de la Analista colombiana Sandra Borda “hay que resaltar que los mecanismos de consulta y de resolución pacífica de conflictos en esta área del mundo, definitivamente, siguen funcionando.” En este sentido es trascendente mencionar que Latinoamérica ha sido y es reconocida como una zona de paz en el mundo; sin grandes conflictos históricos y sin la penetración grupos terroristas internacionales.

Esto quedó demostrado al mundo con lo visto en la cumbre del Grupo de Río en Santo Domingo: Los presidentes en conflicto exponiendo con palabras y no con balas sus argumentos y cerrando el debate con un abrazo y el compromiso de trabajar por la paz. Por otro lado, el multitudinario concierto Paz sin Fronteras, organizado por Juanes el domingo 16 de marzo sobre el Puente Internacional Simón Bolívar que une Colombia y Venezuela es una clara muestra de que los pueblos de estas tres naciones tienen en común mucho y lo último que desean es una guerra.

Sin embargo, no todo es color de rosa. En primer lugar, las fuerzas armadas colombianas entraron en territorio ecuatoriano. El mismo presidente Uribe afirmó: “para nosotros lo que hemos hecho no es lo ideal”. La cancillería colombiana presentó sus excusas en un comunicado el día del ataque y el martes 4 de Marzo durante la sesión extraordinaria de la OEA. Incluso el mismo presidente Uribe se disculpó en la Cumbre en Santo Domingo. A pesar de esto, de manera impetuosa la diplomacia Ecuatoriana buscó que la OEA y el grupo de Río declararan su condena a Colombia sin éxito.

Visto desde este punto de vista se puede decir que Colombia obtuvo un triunfo relativo. Sin embargo, analistas colombianos aseguran que lo que sucedió con Raúl Reyes no puede volver a ocurrir. Por otro lado, Colombia está evidentemente quedándose sola en Sudamérica; en mi opinión, no por su actitud sino por el contexto sudamericano. La cumbre del Grupo de Río demostró de manera evidente el giro hacia la izquierda que ha tomado Sudamérica en los últimos años, mientras que el gobierno de Uribe es quizá el único aliado incondicional de Estados Unidos en la región.

Otro hecho muy grave que todavía plantea más dudas que certezas son las computadoras de Raúl Reyes encontradas en su campamento. Estas tres laptops Toshiba son, en opinión del periodista Andrés Oppenheimer, “un arma formidable que aún no ha Colombia usado para exigir sanciones internacionales contra Venezuela y Ecuador”. En estas se hallaron documentos en los que dice que Chávez ha apoyado con 300 millones de dólares a las FARC. Por otro lado, también se encontraron cartas que vinculan a las FARC con el gobierno de ecuador y especialmente con el ministro de Seguridad Interna y Externa del Ecuador Gustavo Larrea; quien supuestamente habría tenido varias reuniones con Raúl Reyes en territorio ecuatoriano.

Para Oppenheimer, cuya apreciación comparto, es muy probable que se demuestre la autenticidad de estas pruebas, ya que los expertos Internacionales de la Interpol que las han venido analizando ya le dieron su primer visto bueno. Esto implicaría para Venezuela y Ecuador una evidente violación de la resolución 1373 del Consejo de seguridad de la ONU que declara que “los estados no proporcionarán ninguna clase de apoyo, activo o pasivo, a entidades o personas implicadas en actos terroristas”. Esto podría traer consecuencias tan graves para estos estados como el congelamiento de sus bienes en el exterior y el asilamiento internacional. Por otro lado, cabe resaltar que solo se ha hecho público el 0.02% del contenido de estos computadores (200Mb de 675Gb) por lo que aún hay mucho por saberse.

Para concluir, quisiera brindar mi apreciación en torno a ciertos puntos. En primer lugar y como el mismo presidente Correa mencionó: “esto no se soluciona con abrazos y un apretón de manos”; aún hay mucho que aclarar. Considero que se debe llegar hasta donde haya que llegar para develar la verdad que ocultan estas computadoras. Notemos que lo hasta ahora publicado del contenido de estas computadoras sobre el apoyo de Chávez a las FARC tiene mucho sentido si vemos que este en los últimos meses ha demostrado su abierta simpatía a este grupo terrorista, inició una campaña para que se le considere beligerante e incluso le rindió un minuto de silencio al sanguinario asesino Raúl Reyes.

En cuanto a las relaciones de las FARC con Ecuador, la situación también es grave. Las cartas en las que un emisario de Correa ofrece transporte y seguridad para que Raúl Reyes se reúna con el presidente ecuatoriano también tienen mucho sentido si se considera que el Gobierno ecuatoriano, tras contradicciones, aceptó que mantenía reuniones con miembros de las FARC de manera secreta e incluso culpan al gobierno colombiano porque su acción truncó la liberación de la emblemática Ingrid Betancourt.

Si se demuestra lo publicado en estas cartas esto implicaría que el presidente de Ecuador aceptó reunirse en secreto con un terrorista que tenía orden de captura internacional de la Interpol, cometiendo un crimen no solo político; sino también punible. En este sentido es importante que expertos internacionales ya estén analizando estas computadoras, ya que todos merecemos saber la verdad sin que se pueda cuestionar su fuente. Finalmente, considero condenable incluso la simpatía con un grupo como las FARC, ya que por sobre cualquier ideología, creencia o locura está el derecho a la paz y el anhelo de un pueblo inocente que ha esperado por más de medio siglo despertar de una pesadilla que atormenta a todos los que amamos la vida.


Por: Juan Martín Cava Quintero

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